Posiblemente te has preguntado, cómo será tu calidad de vida, una vez te extraigan la vesícula. Aquí te explico un poco sobre la formación de los cálculos, la función de la vesícula y porque puedes tener la tranquilidad de que tu calidad de vida mejorará posterior a la cirugía.
Los cálculos biliares, también llamados “colelitiasis”, son el resultado de una vesícula que está enferma. Esta enfermedad se puede entender desde dos puntos claves. El primero es un exceso en la excreción de colesterol desde el hígado hacia la bilis que finalmente se almacenará en la vesícula, y el segundo es una alteración en el movimiento de las paredes de la vesícula, lo que lleva a que la bilis se “estanque” y comience así el proceso de generación de cálculos.
Una vez la bilis llega la vesícula (se produce en el hígado y viaja por conductos biliares), esta se encarga de hacer una absorción de agua para obtener una bilis más concentrada, de forma que cuando comemos algo, principalmente comidas grasas, la vesícula pueda contraerse y arrojar esta bilis concentrada al intestino y así la comida tenga un proceso adecuado de digestión.
Entonces, si extraemos la vesícula, ¿qué ocurre?
Posterior a la operación, puedes experimentar unos días o semanas de alteraciones en la digestión, dada por síntomas como distensión, estreñimiento o más frecuentemente diarrea, sensación de gastritis y retortijones. Estos tienden a ser leves y mejorar con el paso de los días. Y son normales! Se producen porque el cuerpo está acostumbrándose a su nuevo estado en donde no cuenta con esta reserva de bilis para el momento de las comidas y está dilatando los conductos biliares para cumplir esta función.
Por todo esto, recomiendo no comer en exceso grasas, fritos, comidas condimentadas o bebidas gaseosas, durante los primeros días posterior a la cirugía y así no exigir de más al hígado que es quien produce la bilis. Es recomendable aumentar el consumo de agua, fibra, frutas y vegetales. Notarás incluso que muchas veces se pierde un poco de peso debido a esta dieta y en el mediano y largo plazo, podrás volver a comer normalmente, incluso aquellos alimentos que antes no toleraban por la presencia de los cálculos! Eso sí, siempre evitando los excesos!